miércoles, 18 de noviembre de 2009
sábado, 10 de octubre de 2009
miércoles, 2 de septiembre de 2009
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
¿Alumnos activos en el proceso de aprendizaje?
Todos hemos escuchado alguna vez decir que equivocarse es bueno, que necesitamos de las experiencias para aprender realmente. Tal como en las bases del empirismo, el cual estipula que si hay algo que no podemos experimentar físicamente, no se puede dar por conocido.
Traspasando esta creencia a educación, se entiende que “Los alumnos aprenden haciendo y hacer implica también equivocarse” (Seminario Massey Viada)
En base a esto, si en educación buscamos el máximo desarrollo de nuestros alumnos, deberíamos darles todo el espacio para que trabajen ellos mismos, para que experimenten y para que vivencien cada uno de los aprendizajes. Pero ¿En la educación actual chilena se evidencia esto? ¿Los alumnos participan activamente de su aprendizaje?
Frente a esto, mi hipótesis es la siguiente: si bien este planteamiento es algo que hoy en día esta muy en boga en educación, en la práctica, no se lleva a acabo. La mayoría de los profesores no les dan el espacio a los niños para desarrollarse aprendiendo de sus propios errores, sino que les entregan todo en bandeja. Traduciéndose esto en un grave problema para la educación.
Está claro que este método educacional es un tema muy amplio, que radica desde muchos ejes, sin embargo, abarcaré uno de ellos en especial: nuestra sociedad.
Actualmente vivimos girando en torno a la globalización y la tecnología, la cual ha invadido casi todos los aspectos de nuestra vida, por lo que nos hemos acostumbrado a lo instantáneo, tan sólo con un clic tenemos lo que queremos (los conocimientos de algunas materias o conversamos con amigos a la distancia). Revolución que parece imposible no verla reflejada en educación, ya que es en ésta donde las autoridades establecen metas y objetivos a cumplir en un plazo que, al parecer, es muy reducido. De esta manera, el profesor debe rendirle cuentas al establecimiento (por ejemplo, pasar una unidad pedagógica en determinadas semanas) y, en consecuencia, el tiempo para que el alumno trabaje se disminuye.
Algunas de las consecuencias de esto es que los errores del niño ya no son vistos como algo positivo, sino que pasan a ser un estorbo y retraso para el grupo curso, para el profesor y para el establecimiento. Es así que, para lograr los objetivos esperados, el profesor le expone a los niños conocimientos que, en la mayoría de los casos, son tan sólo memorizados para la prueba y luego se olvidad, es decir, no se produce un aprendizaje significativo, real.
Por el tiempo, por la tecnología, por nuestro apuro y ritmo de vida al cual estamos acostumbrados; por todo eso, privamos a los niños de experiencias concretas, reales y significativas y, en definitiva, seguirán abriendo vacíos en los aprendizajes de los alumnos, ya que el memorizar para la prueba no significa aprender, no significa entender.
A continuación presento un video en el cual se representa de una hermosa manera la forma adecuada de cómo debería ser la educación. Una enseñanza significativa:
Link: http://www.youtube.com/watch?v=UeaWzvNZGic
“Aprender supone aceptar riesgos, equivocarse a veces, practicar mucho antes de alcanzar el éxito y acercarse poco a poco al resultado final deseado. La motivación para aprender supone prever cierto grado de éxito y ser consciente de que se están haciendo progresos aunque el resultado deseado no esté a la vuelta de la esquina” (Aulas inclusivas de Susan y William Stainback).
De esta manera, a partir de lo anteriormente expuesto, del video y del texto citado de Susan y William, debemos tomar conciencia como futuros profesores. Hagamos que nuestros alumnos desarrollen las cuatro habilidades lingüísticas necesarias: hablar, escuchar, leer y escribir. Ya que, si como sociedad queremos progresar, queremos educar a niños que el día de mañana sorprendan por sus capacidades y conocimientos, debemos hacer que aprendan y entiendan bien desde el comienzo, porque si tienen vacíos desde un principio en su formación, esto perdurará de una u otra forma en su desarrollo próximo.
Todos hemos escuchado alguna vez decir que equivocarse es bueno, que necesitamos de las experiencias para aprender realmente. Tal como en las bases del empirismo, el cual estipula que si hay algo que no podemos experimentar físicamente, no se puede dar por conocido.
Traspasando esta creencia a educación, se entiende que “Los alumnos aprenden haciendo y hacer implica también equivocarse” (Seminario Massey Viada)
En base a esto, si en educación buscamos el máximo desarrollo de nuestros alumnos, deberíamos darles todo el espacio para que trabajen ellos mismos, para que experimenten y para que vivencien cada uno de los aprendizajes. Pero ¿En la educación actual chilena se evidencia esto? ¿Los alumnos participan activamente de su aprendizaje?
Frente a esto, mi hipótesis es la siguiente: si bien este planteamiento es algo que hoy en día esta muy en boga en educación, en la práctica, no se lleva a acabo. La mayoría de los profesores no les dan el espacio a los niños para desarrollarse aprendiendo de sus propios errores, sino que les entregan todo en bandeja. Traduciéndose esto en un grave problema para la educación.
Está claro que este método educacional es un tema muy amplio, que radica desde muchos ejes, sin embargo, abarcaré uno de ellos en especial: nuestra sociedad.
Actualmente vivimos girando en torno a la globalización y la tecnología, la cual ha invadido casi todos los aspectos de nuestra vida, por lo que nos hemos acostumbrado a lo instantáneo, tan sólo con un clic tenemos lo que queremos (los conocimientos de algunas materias o conversamos con amigos a la distancia). Revolución que parece imposible no verla reflejada en educación, ya que es en ésta donde las autoridades establecen metas y objetivos a cumplir en un plazo que, al parecer, es muy reducido. De esta manera, el profesor debe rendirle cuentas al establecimiento (por ejemplo, pasar una unidad pedagógica en determinadas semanas) y, en consecuencia, el tiempo para que el alumno trabaje se disminuye.
Algunas de las consecuencias de esto es que los errores del niño ya no son vistos como algo positivo, sino que pasan a ser un estorbo y retraso para el grupo curso, para el profesor y para el establecimiento. Es así que, para lograr los objetivos esperados, el profesor le expone a los niños conocimientos que, en la mayoría de los casos, son tan sólo memorizados para la prueba y luego se olvidad, es decir, no se produce un aprendizaje significativo, real.
Por el tiempo, por la tecnología, por nuestro apuro y ritmo de vida al cual estamos acostumbrados; por todo eso, privamos a los niños de experiencias concretas, reales y significativas y, en definitiva, seguirán abriendo vacíos en los aprendizajes de los alumnos, ya que el memorizar para la prueba no significa aprender, no significa entender.
A continuación presento un video en el cual se representa de una hermosa manera la forma adecuada de cómo debería ser la educación. Una enseñanza significativa:
Link: http://www.youtube.com/watch?v=UeaWzvNZGic
“Aprender supone aceptar riesgos, equivocarse a veces, practicar mucho antes de alcanzar el éxito y acercarse poco a poco al resultado final deseado. La motivación para aprender supone prever cierto grado de éxito y ser consciente de que se están haciendo progresos aunque el resultado deseado no esté a la vuelta de la esquina” (Aulas inclusivas de Susan y William Stainback).
De esta manera, a partir de lo anteriormente expuesto, del video y del texto citado de Susan y William, debemos tomar conciencia como futuros profesores. Hagamos que nuestros alumnos desarrollen las cuatro habilidades lingüísticas necesarias: hablar, escuchar, leer y escribir. Ya que, si como sociedad queremos progresar, queremos educar a niños que el día de mañana sorprendan por sus capacidades y conocimientos, debemos hacer que aprendan y entiendan bien desde el comienzo, porque si tienen vacíos desde un principio en su formación, esto perdurará de una u otra forma en su desarrollo próximo.
Bibliografía
http://books.google.cl/books?id=36TU1qoSh3cC&pg=PA196&lpg=PA196&dq=alumnos+aprenden+equivoc%C3%A1ndose&source=bl&ots=DXli4bazPg&sig=1ctmFkOUZPGoV4AQEf2Z7aiEL5w&hl=es&ei=7yufSqLZFqCM8QbEnoDpDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1#v=onepage&q=&f=false Aulas inclusivas de Susan y William Stainback.
http://www.scn.org/mpfc/modules/lit-06s.htm de Phil Bartle.
http://www.eci.unc.edu.ar/eci/uploads/File/ACADEMICA/Programas2009/Seminario_Massey_Viada_2009.pdf
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